jueves, 11 de febrero de 2010

Un Inventario, de Andrés Trapiello.


Un mastín con carlanca, una colmena, dos víboras de plata y, tras los olmos
de mi viejo León, el mar soñado
con sus barcos de hierro y sus naufragios.
El olor de la pólvora en agosto
y los vivos candiles de carburo
escupiendo su llama de navaja.
Hay un lugar aún en el que bailan
mujeres con mujeres y se escuchan
bajo los verdes chopos músicas de acordeón,
aquellas tristes músicas.
Una noche de estío con estrellas
en la infantil pupila destelladas,
y al lado de la iglesia,
ruinoso, acorralado, el cementerio,
la sombra del ciprés y su silencio
activo entre los muertos.
Cualquiera de estas cosas es un reino
con su paz y su guerra:
un mastín con carlanca, una colmena...

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